EL IMPACTO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

La IA ya no es una opción, es una necesidad para la educación superior. Y en este sentido se ha de interiorizar por todos los actores implicados que la #IA ha llegado para quedarse dentro de nuestras Universidades, sin marcha atrás. 

Quisiera destacar en el marco de esta reflexión la labor del Grupo de Trabajo CintanIA (constituido por diferentes Universidades de la Alianza Cintana: #UIDE #UAG #UFG #CEIPA #UNW), el cual  elaboró el Manifiesto Por una IA que nos ayude a aprender y a enseñar de manera ética y eficiente, en el que se afirma: “Es fundamental que las universidades asuman la responsabilidad de poner a disposición del claustro docente, de investigadores y de gestores académicos, acciones formativas sobre conceptos básicos de IA, su desarrollo en el presente y su aplicación de manera efectiva en la labor educativa”.

Así, las Universidades han de apostar e invertir por la capacitación a estudiantes, docentes, investigadores y gestores con la finalidad de incorporar la IA en cada una de las dimensiones de la Universidad, todo ello dentro de un marco ético, garantizando así una Educación Superior que pierde el miedo a los avances de la sociedad y la Tecnología, y que de una manera ética y responsable incorpora a la enseñanza universitaria los beneficios de la IA. 

En palabras de Albert Sangrà, experto en enseñanza digital: “No hay que mirar la inteligencia artificial con miedo, hay que hacerlo con respeto, prudencia y también con una cierta esperanza (…) Estoy seguro que nos va a aportar cosas muy valiosas” (El País).

En este mismo sentido, en el plano de la IA Generativa (IAGen), la Guía para el uso de la IA generativa en educación e investigación (UNESCO, 2024) establece en sus conclusiones que “la transformación de la educación y la investigación que pueda generar la IAGen, si se produce, debería ser rigurosamente revisada y orientada por un enfoque centrado en el ser humano. Solo así podremos asegurar que el potencial de la IA en particular, y de todas las demás categorías de tecnologías utilizadas en la educación en general, mejoren las capacidades humanas para construir futuros digitales inclusivos para todos”.

La revolución que la IA ha supuesto en la docencia universitaria se expande a todas las áreas y disciplinas: Empresa, Ingenierías, Ciencias de la Salud, Arte y Diseño, Ciencias Jurídicas y Sociales. 

La IA se emplea para enseñar y también se enseña cómo aplicar la IA en cada uno de los ámbitos profesionales. En el caso de una disciplina aparentemente tradicional como es el Derecho, lo cierto es que la IA también está provocando una verdadera revolución. 

Así, “el Derecho, al igual que cualquier otro campo de estudio, debe adaptarse y responder a los nuevos desafíos que se plantean en la investigación y los procesos de enseñanza y aprendizaje”, tal y como señala Tatiana Cucurull en el Prólogo de la obra La docencia del derecho en la era de la inteligencia artificial (UOC, 2024).

En este contexto hay un denominador común que pone en conexión a todos los agentes y actores de la Universidad: la necesaria capacitación en Inteligencia Artificial. 

En este sentido, según Statista, el 65% de las personas en 29 países considera esencial que los docentes se capaciten en IA. Es fundamental que docentes, estudiantes, investigadores y gestores aprendan a aprovechar y aplicar los beneficios de la IA.

Finalmente, quiero compartir con ustedes, una reflexión sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en la educación superior:

  • 📚 Aprendizaje personalizado: Podemos adaptar contenidos según las necesidades y ritmo de nuestros estudiantes.
  • 🔍 Análisis predictivo: Podemos identificar estudiantes en riesgo y sus necesidades futuras de aprendizaje.
  • 💻 Acceso 24/7: Los estudiantes pueden acceder a un aprendizaje continuo y recursos disponibles en todo momento.
  • 🎓 Calidad educativa: Podemos hacer uso de herramientas avanzadas para elevar nuestros estándares de enseñanza.
  • 📈 Preparación para el futuro: Podemos y debemos formar estudiantes con habilidades tecnológicas esenciales para la empleabilidad.

Las universidades que no integren la IA en sus modelos educativos corren el riesgo de quedar rezagadas frente a un dinámico mercado laboral. 

Es más, la formación en IA debe ser ya un denominador común en metodologías docentes y, en concreto, en nuestra oferta académica de pregrado y postgrado.

Hoy, más que nunca, el futuro se construye en nuestras aulas.

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