Hace poco estuve revisando unos artículos académicos del MIT, y encontré en la bibliografía un libro que llamó mi atención.
Se trata de “Supermind”, una obra de Thomas W. Malone, en la que pone de manifiesto que la mayoría de problemas a los que nos enfrentamos diariamente se resuelven en grupos de personas, de ahí que la inteligencia colectiva tome una mayor preponderancia sobre la inteligencia artificial, por ejemplo.
Un supermind viene a ser un grupo de mentes individuales que trabajan de manera efectiva y colectiva para lograr objetivos. Los grupos no siempre toman mejores decisiones que los individuos, sobre todo cuando se tratan de equipos de trabajo, sin embargo, lo interesante de esto es que dentro de un grupo se combinan las diferentes perspectivas, habilidades y conocimientos de sus miembros.
La investigación de Malone, descrita en el libro, afirma que los grupos en los que los miembros eran más perceptivos socialmente, habían desarrollado más su inteligencia colectiva, dado que podían trabajar juntos de manera más efectiva.
Las mujeres, por otro lado, tienen una mejor percepción social que los hombres, y esta puede ser la razón por la que los grupos con mujeres son más inteligentes colectivamente. Incluso, según el autor, los sistemas de inteligencia artificial más avanzados de hoy en día solo tienen inteligencia especializada, es decir, tienen la capacidad de realizar tareas particulares. Un ser humano tiene la capacidad de realizar una amplia gama de tareas, que las computadoras más avanzadas.
Solemos creer que un equipo de trabajo súper efectivo está determinado por el nivel de efectividad de sus integrantes, o de su inteligencia individual, pero lo revelador de esta investigación es que la inteligencia promedio y máxima de los miembros del grupo se correlaciona con la inteligencia colectiva del grupo, siendo esta correlación moderadamente fuerte. Esto tiene mucho sentido cuando trasladamos la teoría al terreno de la práctica organizacional. En la UPC, por ejemplo, contamos con grandes colaboradores en todas nuestras áreas y niveles. La clave es el trabajo en equipo, y lograr una cohesión que nos permita la obtención de resultados. De hecho, áreas como marketing y empleabilidad tienen mucho que aportarnos hoy para incorporar y desarrollar competencias en las currículas académicas que den pie al fortalecimiento de la inteligencia colectiva en nuestros estudiantes.
Todo esto nos debe llevar a la reflexión sobre qué tan importante resulta para nosotros el llegar a las metas juntos como un equipo. ¿Somos capaces de desarrollar nuestra inteligencia colectiva y llevarla a un siguiente nivel? Estaré encantada de leer sus comentarios.
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